For the seventh consecutive year, Newport High School students took to the waters of Big Creek Reservoir, not just to test their engineering skills, but to experience a pivotal moment in American literature firsthand.
The annual Huck Finn Races, started by International Baccalaureate Senior English teacher Samantha Murphy in the fall of 2018, challenges students to build and navigate their own rafts while exploring deeper themes from Mark Twain’s classic novel.
“It’s about creating moments for them to look back on and to connect with the literature,” Murphy explains. “I want them to understand those deeper points Twain is making – that when something bad is happening, what are you going to do?”
This year, 39 students participated in the event on Saturday, October 26. The project began with time trials to ensure raft safety, supported by the Lincoln County Sheriff’s Department’s Marine Division.
For Murphy, the races represent more than just a fun activity. They serve as a metaphor for moral courage, connecting to a crucial moment in the novel when Huck decides to help Jim, an enslaved man, escape.
“We talk about how in life we encounter moments when you have to go against what everybody else thinks you should be doing and you have to do what your conscience tells you to do,” Murphy says. “Those moments are like getting on a raft and going in a different direction. This project is representative of that moment.”
Newport High School Principal Reyna Mattson supports the innovative approach. “At Newport High School, we believe in creating memorable academic experiences that go beyond the classroom, and the Huck Finn Raft Race is a perfect example. It’s a chance for our students to learn teamwork, show their competitive spirit, and create lasting memories they’ll talk about long after they graduate.”
In seven years, only three rafts have completely sunk (before racing began and they were subsequently removed from the reservoir), though Murphy admits she still gets nervous every year. The event has persevered through challenges, including continuing during COVID-19, becoming a cherished school tradition that combines practical skills with literary analysis.
Por séptimo año consecutivo, los estudiantes de Newport High School se lanzaron a las aguas del embalse de Big Creek, no solo para poner a prueba sus habilidades de ingeniería, sino para experimentar de primera mano un momento fundamental de la literatura estadounidense.
Las carreras anuales de Huck Finn, iniciadas por la profesora de inglés de último año de Bachillerato Internacional Samantha Murphy en el otoño de 2018, desafían a los estudiantes a construir y navegar sus propias balsas mientras exploran temas más profundos de la novela clásica de Mark Twain. “Se trata de crear momentos para que miren hacia atrás y se conecten con la literatura,” explica Murphy. “Quiero que entiendan lo que quiere decir Twain: que cuando algo malo ocurre, ¿qué vas a hacer?
Este año, 39 estudiantes participaron en el evento el sábado 26 de octubre. El proyecto comenzó con contrarrelojes para garantizar la seguridad de las balsas, con el apoyo de la División Marina del Departamento del Sheriff del Condado de Lincoln.
Para Murphy, las carreras representan algo más que una actividad divertida. Sirven como metáfora del valor moral, conectando con un momento crucial de la novela, cuando Huck decide ayudar a escapar a Jim, un hombre esclavizado. “Hablamos de cómo en la vida nos encontramos con momentos en los que tienes que ir en contra de lo que todo el mundo cree que deberías hacer y tienes que hacer lo que tu conciencia te dice que hagas,” dice Murphy. “Esos momentos son como subirse a una balsa e ir en una dirección diferente. Este proyecto es representativo de ese momento.”
La directora del Newport High School, Reyna Mattson, apoya el enfoque innovador. “En Newport High School creemos en la creación de experiencias académicas memorables que vayan más allá de las aulas, y la carrera de balsas Huck Finn es un ejemplo perfecto. Es una oportunidad para que nuestros alumnos aprendan a trabajar en equipo, demuestren su espíritu competitivo y creen recuerdos duraderos de los que hablarán mucho después de graduarse.”
En siete años, sólo tres balsas se han hundido por completo (antes de que empezara la carrera y fueran posteriormente retiradas del embalse), aunque Murphy admite que sigue poniéndose nerviosa cada año. El evento ha perseverado a través de los desafíos, incluso continuando durante COVID-19, convirtiéndose en una apreciada tradición escolar que combina habilidades prácticas con análisis literario.